No hace mucho tiempo me encontraba pasado de peso, con una terrible rutina trabajo – casa, casa – trabajo, y sin hacer ningún tipo de actividad física. El deporte siempre ha sido muy importante en mi vida, solía realizar ejercicio con asiduidad 2 o 3 veces por semana, pero por diferentes circunstancias lo fui dejando. Esto me estaba afectando no sólo físicamente, también de manera psicológica.
Así, con la llegada de mi primer hijo, decidí que esta situación tenía que cambiar, no podía seguir con esa dejadez que estaba acabando conmigo. Debía retomar el deporte y estaba dispuesto a hacerlo con una disciplina que me quedaba por probar: Correr.